Document Type

Article

Journal/Book Title/Conference

Decimonónica

Volume

13

Issue

2

Publisher

Decimonónica

Publication Date

2016

First Page

50

Last Page

66

Abstract

La figura de la nodriza tiene una larga tradición en la literatura universal. Sus primeras apariciones se remontan a la Grecia clásica—recordemos, por ejemplo, a Euriclea, nodriza de Ulises en La Odisea—y llegan hasta la actualidad con obras como La nodriza (2007), una novela histórica en que María Vallejo-Nájera presenta la vida de la reina María Antonieta desde la perspectiva de Lala, su ama de cría.1 La importancia de este personaje a nivel literario es reflejo del significativo papel socio-económico que las nodrizas tuvieron en ciertas épocas en que la supervivencia de los lactantes de las clases acomodadas dependía de estas mujeres—por lo general campesinas y obreras—que ofrecían la leche de sus pechos a cambio de dinero. Al igual que ocurriera en el resto de Europa, a partir del Renacimiento, y muy especialmente desde el siglo XIX, la práctica de contratar a nodrizas se extiende en España y estas comienzan a tener un papel destacado en la sociedad y en el discurso médico.2 El interés histórico, económico y antropológico que genera la lactancia asalariada es debido en gran medida a que la leche de la nodriza no es solo un alimento esencial en la nutrición y el desarrollo infantil, sino también “un fluido corporal biológico capaz de generar imaginarios y representaciones simbólicas que se usarán para la construcción de identidades y establecer relaciones entre los individuos” (Soler 3). La figura del ama de cría posibilita que, además de las relaciones de parentesco creadas por la sangre, se establezca el parentesco de leche, el cual une a dos familias—pertenecientes, por lo general, a dos ambientes y dos clases sociales dispares— mediante unos fuertes vínculos de dependencia, pues la vida de los hijos de la clase más alta queda a merced de una persona de clase inferior. De esta manera, la figura de la nodriza tiene un potencial transgresor pues su sola presencia puede desestabilizar las jerarquías de clase y las relaciones de poder que existen entre los amos y otros miembros del servicio.

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