Authors

David Ramírez

Document Type

Article

Journal/Book Title/Conference

Decimonónica

Volume

19

Issue

1

Publisher

Decimonónica

Publication Date

2022

First Page

65

Last Page

82

Abstract

Si Colombia fuera un animal, sería un león. Al menos eso pensaba Rubén Darío, para quien el león encarnaba el rasgo más característico de lo colombiano: la combinación de violencia y refinamiento, inteligencia y conservadurismo. La referencia más conocida a este respecto es el verso inicial de su soneto “Colombia,” uno de los poemas más declamados en la historia de ese país. “Colombia es una tierra de leones,” dice allí con grandilocuencia el poeta nicaragüense (Poesías completas 726). Variaciones de este verso, o incluso su repetición, son frecuentes siempre que escribe sobre autores, políticos o temas colombianos. “Cave leonem,” por ejemplo, fue la advertencia que le inspiró el presidente Rafael Núñez, su benefactor, cuando lo visitó en Cartagena en 1893 (“Rafael Núñez” 64); al escritor José María Vargas Vila, acérrimo rival de Núñez, también lo celebró llamándolo “[s]eñor de reyes y leones” (Poesías completas 806); el largo artículo sobre Colombia que escribió para Mundial Magazine (1911-1914), en el que reaparece el apelativo “tierra de leones,” está construido sobre la misma ambivalencia leonina: por un lado, el país de las más doctas, las más nobles, “las más grandes ilusiones políticas”; por el otro, el país de las más “terribles contiendas,” de las largas listas de muertos (“Colombia” 1).

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